Complicadas consecuencias para los apicultores de la zona central tras las recientes inundaciones

Al igual que en la agricultura, los apicultores de la zona centro-sur de Chile resultaron tremendamente afectados por las inundaciones ocasionadas por desbordes de ríos y canales, producto de las intensas lluvias provocadas por un río atmosférico a fines de junio.

Jorge Pérez, apicultor y docente del curso de Apicultura de la Escuela de Ciencias Agroalimentarias, Animales y Ambientales (ECA3) de la Universidad de O’Higgins (UOH), explica que “muchos apiarios estaban ubicados en zonas agrícolas y, por el desborde de ríos y canales, estas zonas fueron inundadas. En muchos casos el agua subió a niveles que superaron la altura de los banquetes o banquillos donde se ubican las colmenas, provocando su anegamiento y, en algunos casos, donde el agua subió algunos metros, provocó el arrastre de los cajones de madera. Esto generó mucho daño, tanto en las colmenas de abejas, provocando su muerte, como en la pérdida de material necesario para realizar la apicultura”.

Precisa que, en lo inmediato, quienes vieron afectadas sus colmenas, “ya no van a poder producir esta temporada y, en caso que reciban ayuda del Estado o de otros gremios, a través de la entrega de material apícola o núcleos de abejas, estas colmenas van a tardar en entrar en producción y lo harán recién a fines de diciembre del 2023 o enero del 2024”.

Colmenas afectadas

El docente acota que, de no recibir apoyo, “deberán esperar hasta la próxima temporada para tener colmenas productivas”. Además, la afectación no fue solo para las colmenas, existen “salas de cosecha y bodegas donde se almacena material, que están inundadas, por lo tanto, los apicultores están afectados desde el punto de vista del material productivo y, además, muchos perdieron sus bodegas y se les inundaron sus propias casas. Esto repercutirá también en su calidad y forma de vida”.

A la fecha, la Asociación Gremial de Apicultores de Chile, solo en la Región de O’Higgins, ha logrado establecer entre 7.000 y 7.500 colmenas afectadas, entre pequeños productores, que trabajan con Indap, y grandes apicultores. “Esto afectará la calidad y cantidad de colmenas disponibles para realizar los servicios de polinización en la primavera del 2023, tema que se debe considerar”, detalla Jorge Pérez.

Sobre futuras inundaciones, el docente indica que “muchos agricultores deberán tomar conciencia que las colmenas no podrán quedar en sectores inundables y deberán ser trasladadas a otros lugares para invernar”. Sin embargo, indica que –actualmente-, tal como se presenta la situación climática, “es difícil anticipar medidas extras, pero lo que sí se podría considerar es alejarse de lugares inundables; si hay vientos fuertes tratar de sujetar los techos de las colmenas para evitar voladuras y asegurar los caballetes para que resistan los vientos fuertes que pueden tumbar el banquillo y la colmena”.

En materia de costos por pérdidas, Jorge Pérez señala que reponer material apícola es una gran inversión. “Al tener colmenas hay que considerar al menos las cajas de las colmenas más el núcleo de abejas, que tiene un costo de entre 100 o 120 mil pesos cada una, y tenemos apicultores que han perdido 100 ó 200 colmenas, lo que se traduce en mucho dinero”, finaliza.

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