Escolares de Chile y Escocia intercambian experiencias en el marco de la COP26

Un grupo de estudiantes de sexto básico y de cuatro medio del colegio Luis Cruz Martínez de Quilpué son parte de un proyecto conjunto con sus pares del St Peter the Apostle High School de Clydebank, Escocia, mediante el cual han intercambiado experiencias que apuntan al cuidado del medio ambiente y serán parte de la COP26.

La iniciativa es liderada por la Universidad de Glasgow y la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso (PUCV) y entre las actividades los escolares realizaron presentaciones que les permitieron conocer directamente qué hacen los niños y adolescentes de otros países para combatir esta problemática mundial.

Primero fue el turno de los escolares chilenos, quienes mostraron los proyectos que realizan en su colegio para cuidar el planeta.

Los alumnos de sexto básico comentaron distintos experimentos realizados con un kit arduino con diversos sensores para simular efectos del cambio climático. Según explicó la profesora de Física de la PUCV, Milena Páez, han trabajado en conjunto con profesores de ciencias del colegio de Quilpué para potenciar las habilidades científicas de los niños y sensibilizar temáticas asociadas con el cambio climático. “Se trabajó a través de la realización de proyectos científicos utilizando un kit enviado directamente desde la Universidad de Glasgow a cada uno de los estudiantes de sexto básico. A través de la medición de diferentes variables científicas ellos pudieron ir comprobando ciertos cambios de temperatura del agua, humedad ambiental, humedad del suelo y todo lo llevaron a ejemplos asociados con el cambio climático como el derretimiento de los glaciares, el calentamiento global o la desertificación en Chile”, afirmó.

Paz Aguilera, alumna de Cuarto Medio del colegio quilpueino expuso el proyecto “Reutilización de bolsas plásticas por termofusión”, que apunta al cambio climático a través del reciclaje y tratamiento de estos elementos. “En el cerro del Zoológico de Quilpué hay alto índice de microbasurales, y los vecinos y turistas que visitan este lugar destruyen y contaminan el área. Este es un punto famoso y recreativo para las personas, pero dejan residuos como plásticos. A raíz de esta problemática ambiental nos planteamos ¿de qué manera cómo estudiantes podemos plantear una solución? La vida útil de una bolsa plástica es de 12 minutos, pero una vez depositada en la basura o tarda entre 400 y 1000 años en descomponerse”, explicó.

La directora del Liceo Luis Cruz Martínez, Rosa Pérez, planteó que “estamos muy orgullosos de nuestros 72 alumnos de sexto básico y 35 de cuarto medio que están participando en estos proyectos que se hacen cargo de situaciones reales que afectan al cambio climático, que ya es crítico pero que es posible hacer algo realizando pequeñas acciones. Son cuatro proyectos que estamos desarrollando y el colegio ha propiciado instancias para que los estudiantes participen en un espacio que permite relevar la voz de los jóvenes en esta COP26 y nos permite como establecimiento aportar a través de la educación que nosotros le entregamos a nuestros niños”.

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