Después del receso de verano, es probable que los estudiantes hayan cambiado ciertos hábitos como acostarse y levantarse temprano, jugar hasta tarde con familiares y amigos e incluso sufrir algunas modificaciones alimenticias. Si bien, esto no es del todo mal –en la medida que seamos equilibrados– se avecina comenzar la rutina anual para toda la familia y donde habrá que comenzar a prepararnos progresivamente.
Algunos especialistas, recomiendan que al menos sean dos semanas previas al inicio del
año escolar, que se retome una rutina que vaya poco a poco acostumbrando al reloj
biológico con cuestiones como diseñar un horario semanal, el cual marque flexiblemente
la hora de levantarse, comidas, recrearse con los amigos o ver un poco de televisión. Eso
sí, será relevante el compromiso de cada miembro de la familia si queremos que esto
resulte.
Ya en febrero vemos cómo las tiendas comerciales exhiben la venta de uniformes y
materiales escolares, lo cual le suma más estrés a todo esto. Ahí es recomendable
organizar este tipo de compras a través de internet, de manera tal que los niños no se
vean tan tempranamente expuestos al inicio del año escolar.
No hay que olvidar que, “vacaciones son vacaciones” y es bastante el estrés que ya
tienen los estudiantes durante el periodo escolar, que en gran parte se debe al alto
número de horas que posee el currículo escolar. Por lo mismo, el comenzar a desarrollar
una rutina dos semanas previas al inicio de clases, consiste en hacerlo
responsablemente.
Por Dr. Carlos Guajardo Castillo, Académico Facultad de Educación UCentral