Un equipo de investigación de Universidad de Las Américas (UDLA) y de Universidad de La Frontera identificó que los residuos de cáscara de limón contienen compuestos capaces de liberar fósforo desde la roca fosfórica, un recurso clave, pero poco disponible en los suelos ácidos del sur de Chile. El hallazgo demuestra que este subproducto, usualmente desechado, puede desempeñar un rol activo en mejorar la eficiencia del uso de este nutriente.
Los experimentos mostraron que los ácidos orgánicos naturalmente presentes en la cáscara – entre ellos el cítrico, oxálico y quínico –, reaccionan con rocas fosfóricas comerciales para incrementar la solubilidad del fósforo. Los resultados, publicados en Journal of Soil Science and Plant Nutrition, abren una alternativa para disminuir la dependencia de fertilizantes fosfatados tradicionales, cuyo costo económico y ambiental ha generado creciente preocupación en la agricultura nacional.
“La agricultura necesita soluciones simples, económicas y con menor impacto ambiental. Los residuos de limón liberan ácidos orgánicos naturales capaces de disolver el fósforo atrapado en la roca y hacerlo disponible para las raíces. Este estudio demuestra que este proceso es eficiente y representa una alternativa prometedora para una fertilización más sustentable”, explica Cecilia Paredes, académica investigadora de la Facultad de Medicina Veterinaria y Agronomía de UDLA, quien lideró la investigación.
El trabajo se publica en un contexto global marcado por la crisis del fósforo: una demanda creciente de alimentos, reservas limitadas de roca fosfórica y un mercado de fertilizantes cada vez más costoso. La propuesta de utilizar cáscaras de limón ofrece un enfoque de economía circular que permite valorizar residuos agrícolas mientras mejora la productividad de los suelos del país, valoró la Dra. Paredes, quien es también Directora del Magíster en Sustentabilidad de Recursos Naturales y Medioambiente de Universidad de Las Américas.
Efectos observados en suelos ácidos
Los Andisoles, suelos volcánicos característicos del sur de Chile, representan cerca del 60% de los suelos agrícolas de la zona. Se originan a partir de cenizas volcánicas y se caracterizan por su elevada porosidad, alto contenido de materia orgánica y gran capacidad de retención de agua y nutrientes. Sin embargo, su pH ácido y estructura rica en minerales favorecen la fijación del fósforo, dejando una fracción importante de este nutriente poco disponible para los cultivos. Este estudio aborda este desafío, explorando el uso de residuos de cáscara de limón como un potenciador natural de la solubilización del fósforo.
La investigación, a través de ensayos de laboratorio, reveló que la mezcla de roca fosfórica con cáscaras de limón seca acelera la liberación del fósforo en forma notable. Con las dosis más altas, equivalentes a unos pocos gramos por kilogramo de material, las investigadoras registraron más de 30 gramos de fósforo liberado por kilo de roca en menos de tres horas. Este comportamiento se explica porque los ácidos orgánicos reducen el pH y facilitan la disolución de la fluorapatita, el mineral dominante en estas rocas.
En contextos de suelos reales, los resultados reforzaron el potencial del método, elevando significativamente el fósforo disponible y estabilizando el pH del suelo, una condición esencial para que los cultivos aprovechen los nutrientes sin necesidad de grandes aplicaciones de fertilizantes químicos. Los hallazgos ofrecen una herramienta práctica para agricultores que buscan reducir costos y mejorar la eficiencia de sus fertilizaciones, especialmente en zonas donde la roca fosfórica por sí sola suele ser insuficiente para aportar fósforo disponible.
“El uso de residuos orgánicos derivados de cítricos representan una estrategia innovadora, particularmente en el marco de la economía circular, en el cual los residuos agrícolas se reutilizan como fuentes de nutrientes, alineados con objetivos globales de sustentabilidad. Aprovecharlos en la agricultura no solo disminuye costos, sino que agrega valor a un desecho abundante en el país”, señaló la Dra. Cecilia Paredes.
Avance para una agricultura sustentable
El estudio también resalta el potencial de esta técnica dentro de modelos agrícolas más sustentables. A diferencia de los procesos industriales que producen fertilizantes fosfatados –y requieren altas temperaturas, ácidos fuertes y generan emisiones– el uso de cáscaras de limón es un proceso de baja energía y bajo impacto ambiental. Es así como se alinea con políticas de economía circular y bioeconomía que reducen residuos y fomentan soluciones locales.
El equipo de investigación proyecta que este método podría complementar prácticas de compostaje y mejorar el uso de rocas fosfóricas nacionales e importadas, cuyo mercado enfrenta presiones crecientes por la escasez global del recurso. Probar la técnica a campo abierto y en distintos cultivos será el próximo paso para evaluar su utilidad. “El desafío es producir alimentos de manera más eficiente y con menor huella ambiental. Esta estrategia sustentable demuestra que es posible mejorar la fertilidad de los suelos utilizando recursos que ya están disponibles y que, además, suelen terminar en la basura”, concluyó la académica de UDLA.










