Chile se prepara para alcanzar el salario mínimo más alto de Sudamérica de 529.000 pesos brutos, que si bien se traducen en 1.138 dólares en términos de paridad de poder de compra (PPP, por sus siglas en inglés), representan unos 494.280 pesos calculados a tasa internacional (09 de mayo), lo cual no influiría sustancialmente en el alza de la calidad de vida de la clase trabajadora.
Para el coordinador del Observatorio Laboral (OLO) de la Universidad de O’Higgins (UOH), Mauricio Muñoz, este aumento que superaría a países como Ecuador, Perú y Brasil, si bien parte de la madurez de los actores políticos chilenos por lograr un acuerdo conjunto, muestra una realidad más compleja que afecta en términos prácticos el poder adquisitivo de quienes percibirán este “incremento salarial”.
“La propuesta representa una muestra de esfuerzo tripartito por parte de los actores políticos del país, como gobierno, CPC empresarial y la CUT, pero también implica una discusión insuficiente en términos prácticos. Es decir, este aumento del sueldo mínimo a $529 mil, sigue siendo exiguo, sobre todo si consideramos que este es un valor ‘bruto’, al que habría que aplicarle los descuentos de ley e imposiciones, con lo cual se disminuiría a unos $430 mil, lo que claramente impediría tener un nivel de vida digno en quienes lo perciban”.
El sociólogo reitera que este incremento en el salario mínimo, si bien implica un “piso base garantizado” para quienes están bajo contrato laboral, constituye igualmente un factor de retención de la escala salarial cercana a este monto, “que, en todo caso, a pesar de posicionarse por sobre los salarios mínimos de Sudamérica, es igualmente insuficiente”, como para cubrir todas las necesidades básicas de los trabajadores y sus familias, sostiene el experto.
PPP y valor equiparado
No obstante, como punto significativo, el investigador destaca que al convertir este salario mínimo a dólares ajustados por paridad de poder de compra (PPP), permite comparar de forma más realista el poder adquisitivo que representarán los $529.000 frente a otros países. De esta manera, asegura, se podrá entender mejor el valor real de este salario mínimo dentro de una economía dependiente como la chilena, en comparación a otras, que incluso, forman parte de la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE).
“La paridad de poder de compra PPP, es efectivamente una de las mejores formas que tenemos de ‘igualar’ los ingresos entre países, o más precisamente comprender el peso o valor de las monedas locales en un contexto general, mundial, ya que el dólar es lo que en economía se denomina como ‘equivalente general’, que aún opera como la moneda frente a la cual todas las otras monedas, de las economías periféricas y dependientes como la nuestra, se pueden comparar”, detalla el experto.
Otras de las reflexiones que realiza el experto con relación al aumento del salario mínimo, pasan por la necesidad de considerar reformas estructurales que eleven los ingresos promedio que hasta ahora vulneran a la población trabajadora, especialmente cuando “más del 50% de los ocupados percibe un ingreso cercano o por debajo del sueldo mínimo. De hecho, según la Encuesta Suplementaria de Ingresos ESI (INE, 2023), el ingreso promedio real mensual en Chile es de $757.752, ubicando al país en la media de los $502.604”.
De tal modo, que, de no tomar medidas que incrementen significativamente el poder adquisitivo respecto al costo de la vida, -subraya Muñoz-, “este aumento de salario mínimo, aunque útil como base, terminará por estancar los sueldos bajos” dentro de una estructura de remuneración escasa y segmentada.