Viajar a través de un mapa interactivo y narrativo a distintos lugares costeros del Océano Pacífico, es uno de los propósitos del proyecto internacional “Sea Gardens Across the Pacific”, impulsado por diversos investigadores/as y profesionales de comunidades indígenas y locales alrededor del mundo.
Se trata, en particular, de una iniciativa que responde a los anhelos de constituirse en torno a un colectivo: fomentar el aprendizaje sobre los llamados “jardines marinos” o innovaciones culturales costeras, a partir del conocimiento tradicional y científico, con la visión de apoyar su resurgimiento como estrategias de adaptación en la actualidad.
Según explica la arqueóloga del Centro de Estudios del Hombre Austral del Instituto de la Patagonia de la Universidad de Magallanes (UMAG), Jimena Torres, se entiende por innovaciones culturales costeras “a las modificaciones o transformaciones de rasgos de la geomorfología local del intermareal o zonas aledañas para utilizarla como arte de pesca pasiva, o para hacer más eficiente o productiva las zonas de pesca y recolección”.
Por ello, añade, “son tecnologías que se encuentran reguladas por prácticas sociales y culturales locales, que, en algunos casos, se ha perdido su uso y, en otros, continúan utilizándose o siendo revitalizadas por las comunidades que reafirman una administración responsable de las tierras y aguas.”.
En la Patagonia Chilena, Jimena lleva años estudiando la línea de la maricultura ancestral, específicamente, en el Estrecho de Magallanes. Ello la llevó, junto a su colega de la UMAG, especialista en socioecología, Jaime Ojeda y el antropólogo de la Universidad Austral de Chile (UACh) y conocedor de las soluciones aplicadas en el archipiélago de Chiloé, Ricardo Álvarez, a ser parte de esta plataforma, cuya idea central es poner a disposición, de cualquier ciudadano o ciudadana, información sobre el desarrollo de innovaciones de maricultura en todo el Océano Pacífico, incluyendo lugares en Taiwán, Japón, Corea del Sur, Micronesia, Nueva Zelanda, Australia, Filipinas, costa noroeste de América del Norte, Polinesia francesa, Hawái, Panamá y Chile.
Pero ¿cuáles de estas técnicas se pueden encontrar? La investigadora de la UMAG señala que en cada uno de los puntos del mapa se describen y explican desde los contextos crono culturales, y sus conexiones ancestrales, y además, la extensión geográfica, y temporal, entre otros temas, innovaciones como los corrales de pesca, los viveros para mantener frescos moluscos y peces, zonas de relocalización de recursos como moluscos para mejorar su productividad, zonas modificadas como áreas de desove y de cultivos de recursos marinos y modificaciones del hábitat para generar una pesca más eficiente de peces u otras especies como el pulpo.
Si bien, en la actualidad, la mayoría de los que aún existen en la región no están siendo utilizados, a juicio de la investigadora, los lugares se siguen manteniendo como sitios de importancia para la pesca y valor cultural, que, de todas formas es necesario revitalizar en vistas de resignificar nuestro co-habitar y la forma en que nos relacionamos con el entorno. “La importancia del conocimiento ecológico ancestral permitió, y en algunos casos, aún permite, tener una relación sustentable con el medio ambiente. Actualmente, estas estructuras de pesca toman aún mayor relevancia en las solicitudes de espacios costeros-marinos para pueblos originarios (ECMPO)”, concluyó la arqueóloga.
Visita el sitio web de “Sea Gardens Across the Pacific”, aquí y haz click en el pez situado en Chile para conocer el trabajo de Jimena Torres, Jaime Ojeda y Ricardo Álvarez.