“El costo de la vida sube otra vez. El peso que baja, ya ni se ve. Y las habichuelas no se pueden comer. Ni una libra de arroz, ni una cuarta de café. A nadie le importa qué piensa usted. Será porque aquí no hablamos inglés…”, así comienza una conocida canción de Juan Luis Guerra, que hoy -más que alegría- produce preocupación en muchos chilenos, debido a que los productos y servicios esenciales tuvieron una nueva alza de precios en los últimos días.
Los alimentos, como: el pan, las verduras y las frutas, las carnes; el gas, la bencina, el transporte, entre otros, tienen tanto a las autoridades como a los vecinos en alerta. La inflación, el aumento en el valor del petróleo, el incremento del precio del dólar, la mega sequía, los graves efectos de la pandemia y -en discusión para algunos- los retiros de las AFPs, son las razones de la crisis económica que no solo afecta a nuestro país, sino que también se vislumbra -en distintos niveles- en varias naciones del orbe.
Para los economistas, la cuarentena agravó aún más la situación, dado que muchos no pudieron trabajar, deteniendo la producción de los niveles de servicios y estancando la economía. Asimismo, el alza de los precios internacionales de insumos que se utilizan para alimentos y combustibles, además del alto precio del dólar, acrecentaron aún más el problema.
Uno de los productos que más siente la gente es la bencina, la cual subió un 10% en los últimos 12 meses, repercutiendo en el transporte. En tanto, el gas tuvo un récord en su valor, puesto que, en octubre 2020 costaba $19.558 y hoy $26.950, $7.392 más. A esto se suma el precio del pan con la proyección que superará los $1.700 a fin de año, la explicación: las materias primas aumentaron su valor en la capacidad de producción de las distintas fábricas, como: el trigo, la harina, la levadura, etc.
Para controlar la inflación, que en los últimos 12 meses llegó al 4,5%, el Banco Central subió la tasa de interés para generar mayor ahorro y rentabilidad, con el propósito de que exista una menor preferencia por gastar. Sin embargo, no se descarta que existen nuevas alzas en los productos y servicios a consecuencias de las elecciones del próximo 21 de noviembre a presidente, consejeros regionales, diputados y senadores en algunas regiones del país.
El valor de las frutas y verduras
Para Arturo Guerrero, vocero de La Vega Central, tanto los productores como los feriantes de la Región Metropolitana, han enfrentado esta alza de los precios en las frutas y verduras con mucha responsabilidad. “Como bien lo indican los organismos internacionales esta es una pandemia, por lo tanto, mientras no se contagie un 65 u 85% de la población mundial, no podemos escatimar esfuerzos en atacarla, siempre y cuando no colapsen los servicios públicos. Por lo menos, La Vega Central y los feriantes hemos estado trabajando desde el primer día, porque es indispensable que el alimento llegue a la gente a los costos necesarios y no de alguna manera afectar, fuera de la crisis sanitaria, la crisis económica, por lo tanto, en eso no hemos bajado la guardia y vamos a seguir manteniendo lo mismo”.
Agrega que los agricultores y productores pertenecientes al organismo se sienten orgullosos, porque de alguna manera no bajaron los brazos y siguieron funcionando en esta pandemia. “Cualquier beneficio para nosotros es agradar a las personas teniéndoles todos los productos del campo a su disposición. Ahí se nota lo que es Chile con la mesa de alimentación que hubo y sigue funcionando; y donde hemos sentido el drama humano desde muy cerca”.
Consultado sobre la mega sequía presente en nuestro país, Arturo Guerrero señala que su papá tiene 97 años y a los 78 un suboficial del ejército le dijo que la sequía venía, por lo que la prioridad es cambiar el ‘switch’ y hablar del tema para usar los recursos naturales de manera responsable.
Finalmente, el vocero de La Vega Central recomienda a los consumidores cuidar sus bolsillos, prefiriendo los productos de la estación para así enfrentar los malos momentos y darles un aliciente adicional, “donde realmente compren: bueno, bonito y barato. Un abrazo muy grande a todos los feriantes melipillanos y que les vaya bien”, concluye.